La de mi pueblo
Tras muchos años corriendo la San Silvestre Vallecana, este año me decidí a correr la de Galapagar.
Es el mismo día, pero por la mañana, lo cual tiene sus ventajas. Este año no me tendré que duchar en casa de amigos para ir a la cena directamente.
Otro aliciente es que hay carreras para niños y a los chicos les apetece, así que nos presentamos allí dos de mis hijos, dos sobrinos y yo, y por una vez mucha familia a vernos, no me voy a engañar se que no fue por mi, pero hace ilusión.
El día es de lo mas desapacible, niebla y mucho frío, marca -2º cuando llegamos.
Primero los mas pequeños, es divertido ver como los primos corren su propia carrera y el objetivo es ganar al primo, les da igual el resto de corredores.
Luego las chicas, 1.200m que a alguna se le hizo un poco largo, pero terminaron encantadas.
Es mi turno. Calentamos por la pista mientras se aclaran si entregan los trofeos de los niños o nos dan la salida, tras varios minutos optan por lo segundo.
No tiene nada que ver con las carreras de la capital, somos menos de 300 pero se ve que hay nivel. Salimos por la pista del velódromo para coger el túnel que nos saca a la calle, salgo rápido, y al paso del primer kilometro voy en un segundo grupo detrás del de cabeza, jejeje había que lucir palmito en casa.
El recorrido nos lleva por caminos de tierra hasta la Navata y regresa al velódromo. Algo de cuesta pero nada exagerado. Sobre el kilometro 5 noto el exceso del inicio y me entra flato, hacia años que no tenia, está claro, llevaba un ritmo excesivo y la respiración no acompañaba. Me recupero y acabo encantado.
Una bonita experiencia y como siempre, un placer despedir el año corriendo.
Una bonita experiencia y como siempre, un placer despedir el año corriendo.
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