viernes, 31 de agosto de 2012

Una tarde cualquiera de un lunes cualquiera en Agosto

Paseo desde las Dehesas por la senda Herreros hasta Siete Picos 27/08/2012


Domingo: con los chuletones a medio comer en el plato o mas bien tras haber dado buena cuenta de ellos y teniendo entre las manos un digestivo preparado con mimo y refrescante, empezamos a planificar una salida al monte. Esta semana, un día cualquiera por la tarde, aprovechando que todavía hay jornada continua. Yo no tengo problemas, cualquier día me va bien. Aprovecho mi actual situación de "Rodriguez" y en esta ocasión es Fernando mi interlocutor que tampoco lo duda mucho. ¿Mañana? Pues por mi, mañana, ¡perfecto! tengo un par de rutas en la recamara, alguna se adaptará. Dicho y hecho. Dejo a Fernando preparando la ropa y llego a casa y directo a la cama.

Lunes: Tras la jornada laboral. Descargo las rutas al gps y a las 16:30 me recoge y ponemos rumbo a las Dehesas.
Camino de Cercedilla vemos con asombro la gran nube gris y naranja que ha levantado el incendio que hay en Robledo de Chavela.  Sabiendo esto de ante mano, Fernando deja en manos de Eva, por escrito, la ruta que vamos a hacer, mas vale prevenir. Al llegar al parking incluso huele a quemado. Durante la primera parte de la ruta nos acompañaría esta nube que incluso hace que la respiración sea algo mas difícil. Afortunadamente, o cambio el viento o debido a que sofocaron el fuego, una vez que llegamos al mirador el aire está despejado y disfrutamos del aire puro de la montaña.  
A las 17h iniciamos la ruta, la idea es seguir una ruta que tengo en mi gps que nos llevará hasta la pradera de Siete Picos donde en lugar de seguir hasta Navacerrada giraremos a la izquierda para hacer crestear los Siete Picos y volver por el camino Shmith.

Empezamos el camino por la calzada y al poco de cruzar el puente de piedra giramos a la derecha y tomamos el sendero que en leve ascenso y cruzando en dos ocasiones la pista (distancia de ruta 2,3km y 3,4km)  nos llevará hasta una pradera donde empieza la senda Herreros.










Desde aquí hasta el km 5 el sendero, amplio y despejado te permite andar a buen ritmo y se va viendo al fondo el paredón de roca  (grandes bloques de roca granítica formando curiosos equilibrios con rocas mas pequeñas) que bordearemos para seguir nuestra ruta.


El siguiente kilómetro de recorrido es el mas técnico y donde mayor porcentaje de desnivel tiene la ruta pero sin gran dificultad. Además si la añadimos que el sendero entre rocas y maleza, es esquivo hay que andar con ojo para buscar las marcas amarillas y blancas que nos guían. Es este tramo metidos en el valle echamos de menos una buena cámara fotográfica, pasan un par de buitres muy cerca y habría sido fácil inmortalizarlos.

Llegamos a un alto desde donde se puede ver el puerto de Navacerrada e incluso vemos alejarse abajo en el valle el tren que baja haciendo sonar el silbato (¿o es claxon?)  hacia Cercedilla.

Continuaremos 1,5km hasta llegar a la pradera de Siete Picos, desde aquí ascendemos por una "autopista" hasta la cima. Estamos a 2118m con vértice geodésico incluido y las vistas son increíbles, hacia el Norte al fondo en el llano Segovia, hacia el NE Peñalara y Guarramillas con sus antenas, hacia el Sur La Capital que lamentablemente hoy esta algo brumosa y en el Oeste el resto de picos y a lo lejos Abantos.



En esta ocasión la fauna fue escasa y nos sorprendió la que encontramos, se puede ver en la foto.
Aparte de los caballos, tan solo nos cruzamos con 6 personas en todo el recorrido que no es algo muy normal.

Una pausa, sesión de fotos y continuamos, no subimos al resto de picos, queda para otro día, sino que los bordeamos y nos dirigimos hacia el Collado Ventoso que coincide con el km11 de la ruta.
 Aquí tomaremos el inicio de la senda de los Alevines pero nos quedaremos en el PR5 y dejaremos la senda a nuestra izquierda. El camino desciende rápidamente y en 2km hemos perdido 400m de altura, cruzando la pista en una ocasión y encontrando la Calzada Romana que nos llevará hasta el final de la ruta.

Como anécdota podría contar que el último kilómetro lo hicimos a oscuras, si bien teníamos el frontal y como en tantas otras ocasiones por no parar y sacarlo, allí se quedo dentro de la mochila.

Una vez en el coche llamada a casa para tranquilizar y compartir el gusto de la ruta y Eva le comenta que ella y los niños ya han cenado y que aprovechemos la ocasión. El bueno de Fernando no se lo pensó ni 2'' y enseguida se acordó de El Madrileño en Guadarrama, allí fue una continuación de la buena sintonia que había presidido la ruta, así que lo que pedimos no es muy habitual, pero lo que lo disfrutamos!   una ración de "oreja a la plancha" y "manitas con setas" (como dice una amiga, "Menu tipico montañero") esto con unas cervezas y el fresquito de la noche en la sierra completo una jornada estupenda.



El detalle de la ruta lo tenéis en el siguiente enlace:


Como siempre ocurre en estas ocasiones, a lo largo de la ruta surgieron otro planes, espero poder relatarlos mas adelante.




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